Cómo él no hay ninguno.
Perfecto. Sí, perfecto.
Desde pequeña me enseñaron que nadie es perfecto.
Pero hoy en día, puedo echar por tierra eso y más. Porque quien no se de cuenta de la
perfección que te rodea, no necesita gafas, ni lentillas, ni prismáticos, necesita enamorarse.
Saber lo que es sentir que tu mundo no es un trozo de tierra con agua y personas de distintas razas
con casas, rascacielos y coches sino una persona, él. Sentir que en tu universo sólo hay una galaxia, su sonrisa, presidida por un solo planeta , él , y que tú eres su única estrella que le alumbra.
Necesita comprender que aunque los ojos de una persona son los mismos durante toda su vida, no miran de la misma forma a un conocido cualquiera que al amor de su vida, la persona que estará ahí para lo bueno y para lo malo, esa persona que te quiere tal y como eres y te hace inmensamente feliz.
Necesita saber que cuando le encuentras, nada más te importa, sólo no perderle nunca porque sabes que cómo él no hay ninguno.
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