lunes, 16 de julio de 2012

384 Me sentía cómoda con su recuerdo.

Estaba en el borde, caia, caia en ninguna parte, nada mas que descendía pero nunca llegaba a ningun sitio. Solo se veía oscuridad y de vez en cuando algun rayo de luz, como si hubiera un agujero en aquella inmensa oscuridad. Derrpente cierro los ojos. Recuerdo el olor a pan recien echo, aquellas tardes de verano sentada con ellos en aquella plaza. Todo estaba tranquilo, me gustaría volver, pero sigo atrapada en esta inmensa oscuridad. Derrepente caigo en aquella playa, donde no había nadie. Me resultaba familiar pero no sé de que. Estaba sola, el cielo estaba gris por todas aquellas nubes. Pero por un momento recordé, sí, era aquella playa en la que le vi por primera vez, pero ahí no había nadie. No sabía como había llegado allí, pero tampoco me importaba. Me sentía cómoda con su recuerdo.

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